¿Quién dijo que no nos gusta el fútbol?

Aprovechando que estamos en temporada de fútbol y que muchas amas de casa están sufriendo porque no pueden ver sus maravillosas novelas de la noche, me inspire para escribir este post.


El fútbol... Pasión de muchos, horror de otras, o por lo menos eso se creía hace unos 10 años, época en que para la mujer el  que su esposo un domingo prefiriera quedarse ver un partido de fútbol  en vez de salir al tan acostumbrado almuerzo dominical con la suegra, era un motivo para que siquiera la pobre se planteara la idea de separarse. Menos mal los tiempos han cambiado y actualmente las mujeres disfrutamos del fútbol igual o hasta más que los mismos hombres.  Entendemos que es un fuera de lugar, un tiro libre, sabemos a qué se refiere el comentarista  cuando dice que “se va a reponer desde la 5 con 50”, y sufrimos al igual que los hombre cuando hay un cobro de tiro penal. Pero no nos digamos mentiras cuando vemos un partido con ellos son muy pocas las que realmente se interesan por el partido, porque otras por lo general nos distraemos con facilidad. En ese sentido al momento de ver un partido hay dos clases de mujeres:

Las futboleras de verdad: En este grupo es donde veo claramente reflejada a Jenn.  Es esa mujer que le gusta el fútbol de verdad, está pendiente de los partidos que transmiten, de cuantas copas se están jugando, conoce el nombre de los jugadores, de los técnicos, sabe las posiciones en las que se encuentran los equipos a los que apoya, entienden toda esa joda de partidos jugados, partidos ganados y lo de gol diferencia (lo confieso ese último dato, no lo he logrado entender del todo). Al momento de ver un partido es la más concentrada del mundo, puede sostener una conversación fluida con los hombres frente al planteamiento del técnico, da sus opiniones y por extraño que parezca los hombres muchas veces están de acuerdo con ella. Estas mujeres por lo general, disfrutan más estar en un estadio de fútbol apoyando al equipo de sus amores que muchas veces ir de shopping con las amigas, o más planes de esos pendejos que se inventan como pijamadas, noche de chicas o no sé qué cosas más. Cabe resaltar que por el hecho de que a estas mujeres les guste el fútbol no significa que sean una especie de “marimacho” como suelen decirles, al contrario tienen muy claro su rol femenino, es solo cuestión de gustos y de pasiones.  Además no hay que dejar de lado ese pequeño pero importantísimo detalle y es que por cada 10 jugadores de fútbol 4 están “queridísimos” y sí… con queridísimos hago referencia a que están lindos, churros, buenos, provocativos, o como usted desee referirse a estos hombres monumentales de grandes y tonificadas piernas, espaldas anchas, cuerpos torneados y derrier envidiable. Así que además de disfrutar de once tipos detrás de un balón de cancha a cancha, también hay algo de distracción visual. En resumen son futboleras por naturaleza, nada que hacer.

Las futboleras por desparche: es esa a la que también le gusta el fútbol pero no a gran escala como a las del grupo anterior, entiende a medias los conceptos y reglas básicas de este deporte. Pero solo ve fútbol cuando se encuentra en medio de una reunión por un partido especial o porque cuando llego, su pareja ya estaba viendo el partido por lo tanto le toco aguantarse.  Se apasiona por el partido que está viendo, pero no tanto como para comerse las uñas. Pero hay un pequeño problema, una vez inicia el partido es la más concentrada del mundo, pero luego de unos 10 minutos su mente empieza a distraerse un poco y por lo tanto empieza a fijarse en otras cosas que no tienen que ver nada con el partido como tal, como el hecho que un técnico este vestido de traje cuando se nota que el calor que está haciendo es infernal, se fija en el manejo de las cámaras, o en su mayoría en el evento asqueroso en que los jugadores escupen en la cancha o se sacan los mocos y al minuto otro jugador cae encima de ese escupitajo. O es de esas que antes que nadie noto el tan viral momento de fama  de Joachim Löw, el actual técnico de Alemania. Si ese video que  circulo por varias redes sociales hace un par de semanas. Para los que no están enterados del tema, el tipo hizo uso de tan ya conocido, pero incómodo para nosotras, el “Rasquinball”... sí, así como lo leen, el tipo sin más ni más, sin importarle cámaras y espectadores se metió la Mano a sus partes nobles y después de realizar dicho “ejercicio” no  vio problema alguno de llevar su mano a la nariz… tal vez para saber si aún sentía el agradable olor de jabón floral que su esposa compro el mes pasado.  No sé qué pasaría por la cabeza de este señor pero no es la primera vez que hace algún acto asqueroso en medio de un partido…(aquí les dejo el video por si no lo han visto) https://www.youtube.com/watch?v=kJtoIpOUEso

En fin continuando con el tema, lo más común, y por lo que se distrae no solo este grupo sino el de futboleras por naturaleza, es en ellos… sí esos 22 hombres atléticos, como ya lo mencione se distraen en los rostros, piernas y hasta nalgas de los jugadores. Y en ese momento en que entre esos 22 personajes que corren y luchan de un extremo a otro, encuentra el futuro padre de sus hijos… bueno no nos vayamos a los extremos…  encuentra a ese jugador que aguanta su tomatazo, y se convierte en la más cuestionadora ¿oye cómo se llama ese jugador?, si está jugando con la selección de su país, preguntara, ¿y en que otro equipo juega? ¿y si es buen jugador? Y así hasta el punto se rozar lo insoportable, de modo que se gana una mirada recriminatoria por parte del cuestionado, por lo que no le queda otra que sacar su celular y googlear al papasito que llamo su atención. De ahí en adelante toda buena acción que ese jugador haga será celebrada con el máximo entusiasmo permitido. Si le preguntan por nombres de jugadores dirá solo los que alguna vez lograron llamar su atención.
En mi caso soy fiel seguidora de este último grupo por lo que si me preguntan en estos momentos por jugadores de la copa américa, con facilidad mencionaría a uno que otro de la selección de mi país y eso porque es cultura general conocerlos, pero la verdad es que la lista de churros que han logrado llamar mi atención en los pocos partidos que he visto son más bien contados, y es que para estos lados, los tipos churros churros… no son y es que las raíces indígenas no ayudan mucho, gracias a Dios incluyeron a Estados Unidos porque por el contrario esa lista sería una tristeza y ahora que ya quedaron descalificados, toco conformarse con James, uno que otro argentino medio lindo y pare de contar. Nada comparado con la Eurocopa donde la lista de churros es bastante larga.
Sin embargo por más amantes del fútbol que seamos, ese amor y esa pasión no se trasladan a hacia nuestros jugadores en casa. Sí, esos que juegan una vez a la semana o cada 8 días en una cancha sintética, o en la cancha del parque del barrio. Esos que se reúnen con sus amigos e intentan demostrar que son los futuros Cristiano Ronaldo, el reemplazo de James Rodriguez; de Maradona, de Pelé… en fin uno de esos que juegan bien.  

Puede que en casos más extremos hasta algunas vayan con ellos y los apoyen en sus partidos, pero les puedo asegurar que luego de tres partidos se cansan y los dejan ir solos, primero porque es muy probable que el equipo del sujeto no sea muy bueno y eso de verlos perder, pues como que no. Y segundo porque ya tienen suficiente con todo lo que viene después del partido como para aguantarlos. Para que me entiendan mejor… aquí les dejo un top 5 de cosas por las que algunas mujeres odian el fútbol de casa.

TOP 5 – Porque Odiamos el Fútbol de Casa
  1. Porque al llegar a casa luego de un partido con sus amigos, deja por donde quiera que pasa una estela de las bolitas de malla sintética. Esas bolitas son imposibles de recoger y hasta en el lugar más recóndito de la casa aparecen las benditas, no sé cómo, pero es como si las benditas cobraran vida propia y se acomodan en los lugares más difíciles de limpiar.
  2. Porque llega sudoroso a recostarse sobre la cama o el sofá, sin importarle siquiera si deja la superficie mojada. Ah y como si fuera poco el susodicho huele hediondo a puro sudor de macho prehistórico, pero obviamente él no es consciente de que su cuerpo reacciona de forma desagradable al deporte, por lo que levanta los brazos cual simio en selva y lanza ese abrazo mortal que nos hace derretir y no precisamente por su encanto.
  3. Porque deja tiradas las medias y los guayos o zapatos deportivos por ahí, como si ellos solitos se lavaran y se guardaran en su lugar habitual.
  4. Porque los relatos del maravilloso partido son interminables. Si perdieron, duran una semana maldiciendo al árbitro o a los jugadores del otro equipo por tramposos, (por qué ojo, ellos jamás aceptaran que son malos, es más ni se le ocurra si quiera insinuarlo, porque van herir de la forma más cruel su ego). Pero si ganaron se les llena la boca contando cada una delas jugadas que hicieron para alcanzar el triunfo. Según ellos Messi, y Ronaldo les quedan en pañales… y sabrá dios si en realidad jugaron, o aportaron algo a dicha victoria.
  5. Porque la quejadera por el malestar físico que sienten el día después es un suplicio, ni que estuvieran agonizando…bueno en realidad el malestar les dura como toda una semana, así que multipliquen el suplicio. Que el dolor de piernas, que el dolor de espalda, la cara de zombie, que pidan masajes en los pies, que le aplique cremita, que le caliente agüita para los pies, que no se pueden mover o tan siquiera hacer un esfuerzo porque se mueren, en fin…entre muchas quejas más.
Les regalo uno más…

      6. Que por más que sus parejas les hayan reclamado por todos los puntos anteriores, al siguiente fin de semana luego de su dichoso partido, los muy pendejos vuelvan a cometer las mismas faltas.



¿Así o mas claro?

CAT....