La verdad detrás de: “Pasos para superar una Tusa”

Hace unos días el mágico mundo de las redes sociales me recomendó un artículo que describía los pasos para superar una tusa, en primer lugar lo ignoré, pero luego de aparecer todo el día en mi timeline, me decidí a leerlo, y no porque lo necesitara, más bien por pura curiosidad. La verdad es que me causa gracia, que pretendan que con tan solo seguir ciertos pasos, podamos superar la tusa y no digo que no sirvan, pero el superar una tusa es mucho más difícil que como lo pintan.
Es por esto que hoy me quiero meter en este cuento, pues mientras leía el artículo recordaba lo que en verdad hacemos cuando intentamos poner en marcha estos pasos, puede que después de mucho intentarlo lo logremos, pero mientras conseguimos llegar a ese anhelado final, las cosas que hacemos son absurdas, y lo peor es que en el momento no lo notamos, pero  después miramos en retrospectiva y  nos damos cuenta que literalmente éramos un desastre.

Pero entrando en materia, después de revisar varios artículos del mismo tema y donde cada uno daba consejos diferentes, logré rescatar los que más me llamaron la atención,  y es que había unos que daban era lastima, pero bueno aquí se los dejo:

No lo busque: En este punto muchos artículos estaban de acuerdo con que no es recomendable que se busque a la persona, por lo tanto sugerían que se evitara al máximo llamarlo, hablarle por cuanta red social conozca, presentarse donde trabaja, etc.  Sin embargo la realidad es que no paramos de stalkear su Facebook para ver con que zunga está hablando, a quién ha agregado, a qué fotos le ha dado me gusta, le revisamos una y otra vez la lista de sus amigos. Entramos a su perfil ocho mil veces al día para ver que ha hecho o escrito, para revisar hace cuanto se conectó, estamos tan pendientes de eso que estoy segura que si esas herramientas para mostrar quién vio tu perfil en serio funcionaran, tendríamos orden de captura por acoso o algo así. Eso por el lado de Facebook, pero por el lado de Whatsapp o Skype, entramos una y otra vez para revisar si está conectado, le revisamos mil veces el estado y la foto de perfil. Es más para el caso de Skype si lo vemos conectado, iniciamos y cerramos sesión otras mil veces para que le aparezca en la pantalla la alerta de que estamos conectadas, quien quita que el man se apiade y nos hable.  Aquí no falta la que por orgullo elimina al tipo de todas las redes sociales y de su teléfono, (aunque se sepa el número de memoria), pero que después de una semana se arrepiente de su acto de rebeldía y le envía invitación para todo otra vez. Si está de buenas, el tipo le acepta las invitaciones, pero si no…no falta la que crea un perfil falso, sólo para seguirle la pista.
Eso de irlo a buscar al trabajo no lo hacemos, tampoco somos tan locas… (Aunque no falta la que sí lo haga), más bien nuestro estilo es convertirnos en las ayudantes del destino. Por lo tanto tratamos de “planear” cuanto encuentro “no planeado” se nos pase por la cabeza (y en eso hemos tenido bastante ayuda de los Chick-Fliks). Tomamos las mismas rutas del autobús, metro, transmilenio, en fin… que toma él, para que “casualmente” nos encontremos. Pasamos frente a  su casa una y mil veces por si “casualmente” sale y me ve. Ente muchas más cosas absurdas. 
Así que eso de ¡No lo busque!, puede que aplique para unos tres o cuatro meses después de haber terminado, eso si el tipo sigue soltero, porque si ya tiene nueva novia… la cosa se complica porque pasa a ser ella la stalkeada y obviamente criticada...pobre de ella.

Desahóguese en soledad: En esta parte creo la cumplimos a medias, la verdad es que lloramos y lloramos hasta quedarnos sin lágrimas, recordamos una y otra vez las cosas que hacíamos y nos torturamos por horas viendo fotos y videos de viajes que hicimos con él, y de la nada nos vuelven a aparecer lágrimas, así que repetimos  el ritual, llorar, torturarnos, llorar nuevamente. Y hasta ahí, vamos cumpliendo con lo de desahogarnos, pero es que no es lo mismo desahogarse sola que acompañada ¿cierto?, por lo tanto nos arrastramos a cualquiera que este merodeando por nuestro lado, nuestras amigas, nuestros amigos, nuestros nuevos pretendientes, nuestra familia y hasta nuestras mascotas, es más, nos pueden dejar solas en un museo de estatuas y a la final terminamos contándole nuestras penas.
Nos pueden decir una y mil veces que dejemos el tema, pero nosotras insistimos, no importa si no les gusta lo único que importa es desahogarnos. Pero eso lo hacemos con personas que están 100% de nuestro lado, porque si tenemos amigos en común con esa persona, somos la mata de la discreción, actuamos como si no hubiese pasado nada somos un ser de luz, paz y felicidad, todo para que estos le cuenten al personaje en cuestión lo bien que estamos y que no nos ha afectado para nada la ruptura.  Eso sí, tratamos de prestar toda la atención posible en los detalles de la vida del personaje en cuestión, que los dichosos amigos nos puedan revelar, de modo que podamos tener material actualizado para nuestras sesiones de exorcismo individual o grupal.

Evite los lugares que frecuentaban: Esta es la parte que más me gustó, ¡eso no pasa en la vida real!, es más, no podemos ir a ningún lugar que no sea uno ya frecuentado con el susodicho, una de nuestras misión es torturarnos, por lo tanto hacemos una lista de todos los lugares visitados, de modo que si alguien cercano sale con un plan, nosotras sugerimos los lugares sacando pecho y diciendo con orgullo: “ Yo conozco ese lugar, una vez fui …con una amiga, el sitio es muy bueno”, tenemos que ser persistentes para lograr convencer a nuestro público de ir al sitio aquél.  Una vez en el sitio nos vamos a dedicar a recordar la mesa en la que nos sentamos, lo que él comió ese día, el mesero que nos atendió, lo que pago de cuenta y si incluyó o no el servicio,  es más, si contamos con buena memoria recordamos hasta de lo que hablamos ese día.
Hay casos en los que no entramos a los lugares frecuentados, pero cada vez que pasamos por ahí empezamos a recordar y a mencionarle a la persona que tenemos al lado cosas como: “En esa fritangueria/piqueteadero fue nuestra primera cita”, “En esa frutería le tocó pedir el baño prestado una vez” o hasta “En esa droguería compró los condones para nuestra primera vez”…obviamente todo acompañado de un largo suspiro y no estoy exagerando, esa última la he escuchado eso muchas veces (y sé que ustedes también).

Haga planes con amigosPor lo general en un proceso de tusa, no queremos salir, preferimos quedarnos en casa muriendo de pena moral, sea solas o acompañadas. Las salidas se plantean por ahí al mes, y son salidas para dejar la tristeza a un lado y para levantar. Así que por lo general terminaremos en un sitio de rumba en el que nos podamos volver las mejores amigas del Ron, del Aguardiente o incluso  del Tequila. Y ya pueden ustedes acordarse o concluir qué sucede después de tener un encuentro con alguno de esos tres amigos. Perdemos todo síntoma de tristeza y de pudor, bailamos coqueteamos con uno y con otro sin importar si es lindo o feo, en los casos más extremos nos subimos a las mesas y no faltan las que se quitan hasta la ropa. Pero después de ese momento de furor viene lo peor, la tristeza resurge de sus cenizas empeñada en no abandonarnos ni por una noche y en un abrir y cerrar de ojos pasamos de la euforia a las lágrimas, y es ahí donde la fuerza de voluntad nos abandona y en muchos casos terminamos escribiéndole al tipo o hasta llamándolo a decirle lo mucho que lo extrañamos o lo mucho que lo odiamos.
Por otro lado, si existen esos amigos en común, puede que existan eventos en común y por lo tanto existirán momentos en los que tengamos que encontrarnos con él. En estos casos seremos sólo felicidad, nos limitamos a beber muy poco con tal de no hacer cosas de las que tengamos que arrepentirnos después. Si es posible llevar un amigo que nos haga el cuarto y finja ser nuestro novio por una noche mucho mejor, con eso podemos restregarle en la cara al tipo lo felices que estamos sin él, así nos estemos muriendo por dentro.

No sea masoquista: Masoquista es nuestro segundo nombre en una tusa, nos encanta hacernos sufrir, torturarnos, como lo dije anteriormente es una misión clara que nos proponemos. Proyectamos en nuestra cabeza una y otra vez los momentos vividos con esa persona, sean felices o no tanto, miramos las fotos una y otra vez, hacemos todas las cosas que hemos hablado antes. Pero sin duda con lo que nos volvemos más masoquistas es con las películas, la música y con los videos que nos armamos en nuestras cabezas.
Las películas, nos encanta ver historias de amor donde los protagonistas pese a todas las dificultades del mundo terminan comiendo perdices o en su defecto nos alegran películas donde no terminan juntos. Titanic es una gran muestra de eso, en un día normal nos rompería el corazón imaginarnos en el lugar de Kate, perdiendo al amor de su vida porque se congeló tratando de salvarla. Pero en una tusa saltaríamos encima del sofá celebrando que al igual que nosotras quedo sola.
En cuanto a la música… que alguien nos salve, escuchamos una y otra vez esas canciones que nos dedicó (aunque eso de las dedicatorias ya casi no se ve), las que escuchábamos cuando estábamos con él y otras que son perfectas para esos momentos de dolor. Ana Gabriel se convierte en nuestra musa y lloramos con el solo hecho de imaginarnos cantándole al tipo esas canciones, y por más que odiemos el vallenato o las rancheras terminan siendo nuestros aliados, eso si no falta la que aún lo llame y lo deje escuchando la canción para que sepa que está sufriendo.
Y  en cuanto a los videos que nos armamos, eso es lo peor, solemos imaginarlo con cuanta vieja se nos pase por la cabeza, haciendo las mismas cosas que hacía cuando estaba con nosotras, saliendo a comer, a cine, de viaje y no lo neguemos, hasta nos lo imaginamos teniendo sexo con otra, sólo para darnos motivos para odiarlo más y para llorar aún más. En eso somos expertas, y si tenemos la posibilidad de verlo frecuentemente, cualquier vieja que se le acerque es sospechosa y nos ideamos la mejor forma de hacerle algo para que no se le acerque, no importa si a la final resulta siendo la hermana o una prima. La verdad es que somos bastante imaginativas en estos casos.

La ñapa…Trate de verse lo más atractiva posible: Si sabemos que probablemente nos vamos a encontrar con él “casualmente” lo más probable es que estemos radiantes, de modo que él pueda retractarse de su decisión de dejarnos y vuelva a nuestro lado. Pero de lo contrario seremos un ser bastante desagradable a la vista, en muchos casos andaremos en pijama todo el día o incluso varios días seguidos. No nos importa si no nos bañamos, la excusa es: igual ya no hay nadie para quien arreglarse, nos la pasamos acostadas o sentadas viendo películas y comiendo cuanta chuchería se nos pase por en frente, somos una real copia de Bridget Jones en su depresión. No importa si nos subimos 5 kilos o si ya no nos vemos “sexys”. Puede que después de un buen tiempo recapacitemos, pero los primeros meses pareceremos zombies.
Juzgue usted cuál de estos consejos le ha servido o si por el contrario le ha pasado todo lo anterior antes de superar una tusa. Y si está en medio de una...prepárese para lo que viene.


Cat…

Comentarios