Como bien saben ayer era el día Internacional de la Mujer y se supone
debimos haber recibido flores, chocolates, osos de felpa en fin cualquier cosa que el mercado haya sacado a la venta solo con el fin de celebrar este día. Tristemente esta fecha se ha convertido más en una
fecha comercial, que en una conmemoración real a aquellas mujeres que lucharon hasta el cansancio para que nos fueran reconocidos nuestros derechos. Es por
esto que hoy, gracias a los mensajes recibidos el día de ayer, a conversaciones escuchadas y a miles de memes en las redes sociales frente a este día, estoy un poco sensible y un tanto indignada, y por lo tanto decidí
escribir sobre algo que nos afecta a nivel mundial y que debemos tener en cuenta no cada 8 de marzo sino todos los días.
Hombres, más que flores y
chocolates queremos que a modo de celebración se unan a nosotras en la lucha
contra la violencia de género, que entiendan con nosotras que la violencia de
género no es solo violencia física, sino también la violencia se evidencia en
daños psicológicos, económicos, o sexuales ya sea en un ámbito público o en la
intimidad. Que entiendan que en Latinoamérica una de cada tres mujeres ha
sufrido o sufre de violencia. Y que doce latinoamericanas mueren al día solo
por el hecho de ser mujer. Pero no basta con que ellos nos entiendan o lean
estas cifras, es importante que usted como mujer aprenda a identificar estos
abusos y así como dicen en una sección de un noticiero nacional, es importante
que “no se quede callada, denuncie”.
Muchas se estarán preguntando
¿será que alguna vez he sido víctima de violencia y no me he dado cuenta? Pues
para usted amiga y para ustedes hombres, quiero recordarles que tipos de hechos
pueden considerarse violencia contra la mujer:
Cultura machista: los típicos comentarios de “las mujeres no saben
conducir” “el fútbol no es para mujeres” “la mujer no debe trabajar” “La mujer
solo sirve para estar en la cocina, atender a los hijos y limpiar la casa” este
tipo de comentarios son un abuso para la mujer, y para mí es un claro ejemplo
de un hombre que tiene miedo a que la mujer que tiene al lado lo supere en las
actividades del día a día, por lo tanto la menosprecia. Y esta en nosotras
permitir este tipo de comentarios, si usted es una mujer con los pantalones
bien puestos, entenderá que ese hombre no merece tenerla al lado.
Aislamiento: Si usted amiga alguna vez tuvo un problema, una
discusión o está pasando por una situación difícil con su pareja o con su
familia y decidió desahogarse con su
mamá, una amiga o algún familiar y ese hombre que tiene al lado le recrimino el
hecho de haber hablado y le prohibió volver a hacerlo, usted amiga sufrió o
sufre de abuso contra la mujer. Y es que ellos no tienen ningún derecho a
controlarnos lo que hacemos o lo que decimos, somos perfectamente capaces
expresar nuestras opiniones porque gracias a miles de mujeres hoy tenemos el
derecho de hacerlo.
Abuso emocional: este tipo de abusos se evidencian cuando el
personaje dice cosas como “tú no sabes hacer nada” “no te van a dar ese trabajo
porque no eres capaz de hacerlo” “tú no puedes hacer ese tipo de tareas, eres
muy débil para hacerlas” “a duras penas sabes cocinar, como esperas que puedas
hacer ese trabajo”. Otro tipo de casos es cuando quiere controlar lo que usted
hace o deja de hacer, cosas como “no te puedes poner esa ropa” “ni se te ocurra
cortarte el cabello así” “¿porque haces ejercicio, es que acaso quieres
impresionar a alguien más?” “no vas a
salir a la calle así vestida” “para que te arreglas tanto, sea como sea te ves
igual que siempre”. Por lo que más quiera, no permita que comentarios como
estos la minimicen y hagan que pierda la motivación de hacer las cosas, más
bien tómelas como un incentivo para demostrarle a ese y muchos más personajes
de este tipo que si puede hacer las cosas y las puede hacer incluso mejor que
ellos.
Traspasar la culpa de ser violentada: si después de haber sufrido
alguno de los abusos ya mencionados o incluso maltrato físico, el personaje se
excusa por su actitud alegando cosas como “si me hicieras caso esto no pasaría”
o “tú sabes que yo no soy así, pero tú haces que me comporte de esta forma” esto
también es una clase de abuso que hace que usted se sienta mal consigo misma
por haber causado el abuso, cuando en realidad el único culpable es quien abuso
de usted.
Amenazas e intimidación: Cuando después de terminar una relación el
personaje le dice cosas como “si no eres mía, no eres de nadie” o “si me dejas
me mato” o incluso no tiene que ser cuando se termina una relación puede ser cosas del día a día por un ataque
de celos irracional como “vuelves a hablar con ese tipo y te mato” “si me
vuelves a hablar así te dejo” o también pueden intimidar con los hijos. “si te
separas de mi te quito los niños”. No permita que este tipo de frases afecten
sus decisiones, no por miedo que el personaje haga o deje hacer las cosas
usted debe cambiar de opinión, sin
embargo es importante que no pase por alto este tipo de amenazas y más si son
de muerte, aunque sean solo palabras es mejor que denuncie este tipo de abusos.
Estos ejemplos son algunos que se
pueden dar en un ambiente íntimo o familiar, sin embargo, en el entorno laboral
también se pueden presentar situaciones por el estilo, pero ya me dio pereza
mencionarlas (a este punto se me está acabando la indignación). De igual forma
hay otro tipo de acciones que pueden pasar como normales pero que también son tipo
de abuso contra la mujer: Mentir, Engañar, Celar, Humillar, Controlar, Exigir,
Prohibir, Destruir objetos, Amenazar, Manosear, Hacer comentarios obscenos,
Agresiones a modo de juego, entre otras.
Así que no permita que este tipo
de situaciones pasen, depende de
nosotras evitarlo. Si dejamos que pasen una vez sin duda alguna seguirá
pasando. Pero si las detectamos y reaccionamos a tiempo a este tipo de abusos
se presentaran cada vez menos.
Es importante poner en práctica
eso por lo que tanto peleamos pero que solo lo usamos cuando nos conviene, la
igualdad de género. No permitamos que ellos nos sigan viendo como el sexo débil
al que pueden controlar e intimidar, demostrémosles que podemos ser iguales que ellos en muchas cosas, y que a su vez ellos también pueden
ser iguales a nosotras en muchas cosas.
Que eso de cocinar o cuidar los
hijos no solo sea una labor de mujer, sino por el contrario sea una
responsabilidad en conjunto. No alentemos situaciones en los que mientras ellos
ven televisión y se rascan la panza, nosotras atendemos a los niños, cocinamos
y lavamos la ropa. Aprendamos a dividir tareas, ellos también tienen manos y
pueden hacer las mismas cosas que nosotras. No dependan económicamente de
alguien, trabajen y ganen su propio dinero, mas como superación personal que
por cualquier otra cosa, recuerden que somos el ejemplo para las generaciones
que vienen y si los niños en casa ven como la mama se desvive para atender al
papá mientras este disfruta viendo fútbol, ese niño o niña crecerá con la idea
que eso es la normalidad de las familias y de grande ejercerá su rol de igual
forma como lo hacían sus padres. Aprendamos a pagar la cuenta, que no sean
ellos los que siempre inviten, no pelemos en los buses por una silla a no ser
que sea estrictamente necesario, ellos también son humanos y también se cansan
de pie, si alguien le va a dar la silla que sea más un acto de caballerosidad
que una obligación. Con actos pequeños se ganan muchas cosas.
“No esperes a que alguien llegue y hable por ti. Eres tú quien puede
cambiar el mundo”
– Malala Yousafzai-
CAT...
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