¿Quién no ha tenido una cita a
ciegas? Para mí, que son muy pocas las personas que no han tenido la
posibilidad de enfrentarse a esta cómica experiencia. Y digo cómica porque en estas citas puede
pasar de todo, puede ser un verdadero desastre o puedes encontrar al amor de tu
vida.
Personalmente no soy amante de
este tipo de citas, pero tampoco niego que pueden llegar a ser interesantes y
más aun dependiendo de las circunstancias que nos lleven a ellas. En mi opinión
existen dos formas de terminar en una cita a ciegas, por eso se las describo a
continuación:
La que es organizada por una Amiga o un Familiar
Cuando una cita a ciegas es
coordinada por un amigo o familiar las cosas tienden a ser diferentes, por lo
general esto pasa cuando recién estamos pasando por una tusa y no queremos
estar en una “relación” con nadie por el momento. Pero eso lo sabemos nosotras, porque ellos nos ven como las más necesitadas, las
más amargadas o simplemente tienen miedo
a que nos quedemos solteras de por vida, por lo tanto esperan que salgamos con
alguien y encontremos el amor en esa persona.
Por lo general este tipo de citas
las organiza una amiga, una prima o una hermana, por lo tanto el “hombre
misterioso” viene siendo alguno de los amigos, hermanos o primos de su pareja. En
estos casos la “organizadora” podrá tener acceso a información relevante sobre
cómo es él, que le gusta, que hace, con quien vive y cosas por ese estilo. Por
lo tanto si ella ve que el tipo no vale la pena, no perderá su tiempo organizando
una cita y saltará al siguiente, hasta que encuentre el candidato perfecto. Una vez lo tiene identificado nos dará una
breve descripción del “hombre misterioso” para que nos hagamos una idea de lo
que nos espera. Una vez llegue el momento esperado iremos vestidas lo más
normales posibles, es decir nuestra intención no es deslumbrar, ya que vamos es
básicamente porque nos obligaron o porque nos da embarrada tirar a la basura el
esfuerzo de nuestra “organizadora”.
Puede que sintamos un poco de nervios
al momento de encontrarnos con él, pero el resto de la cita transcurrirá en un
estado de incomodidad soportable. El pobre se sentirá incomodo porque muy
seguramente tampoco quería ir, y solo está haciéndole un favor a su amigo. Y nosotras
nos sentiremos incomodas...básicamente por lo mismo. Si el tipo realmente nos
gusta u nosotras le gustamos a él, puede que la cosa se repita y puede que
tengamos la esperanza que sea el amor de nuestras vidas, si no… puede que solo
nos llevemos bien y solo que solo quedemos como amigos, por lo que nos
encontraremos en eventos en común y no más. Pero si el tipo era uno de esos que “ni fu ni fa”, simplemente será
uno más al que ignorar el resto de la vida.
Y con esto no digo que todos los
casos sean iguales, puede que se den situaciones en los que realmente el tipo
valía la pena y suceda algo más. Quien sabe que de un momento inesperado
aparezca lo esperado.
La cita a ciegas que nosotras coordinamos
En este caso muy seguramente conocimos
al tipo por alguna red social y luego de varias conversaciones interesantes nos
pico el bicho de la curiosidad y lo queremos conocer. Lo más normal es que este
encuentro se dé, luego de “conocerlo” lo suficiente por medio de mensajes,
aunque no falta la que al primer “Hola” ya se quiere hasta casar. Hay casos en
los que antes de un encuentro personal, se hace primero una videoconferencia
para salir de dudas, pero hablare de esos casos en los que nos arriesgamos a
conocer al tipo sin ningún adelanto de cómo puede llegar a ser.
Puede que tengamos una foto del
“hombre misterioso” pero sabemos que las fotos son engañosas, hay casos más
extremos en los que ni foto tenemos, por ejemplo si lo conocimos por Twitter, y
su avatar no es muy específico que digamos; o que aunque tenemos una foto, esta
no es muy clara y casi tenemos que adivinar algunos rasgos. Para este tipo de
citas a ciegas, la cosa cambia totalmente, primero porque ya hemos tenido la
posibilidad de “hablar” un poco con el tipo y este ha logrado despertar cierto
interés en nosotras y segundo porque la curiosidad nos gana y queremos
comprobar que el tipo es todo lo que ha dicho ser. Por lo tanto para este
encuentro si nos vestimos para deslumbrar
y nos vamos con toda la actitud.
Una vez llegado el momento del
encuentro nos aseguramos que el tipo haya llegado antes, para que nosotras
desde un punto estratégico y sin que él lo note… podamos revisarlo al
detalle, de modo que si no cumple las expectativas tengamos el tiempo suficiente
para arrepentirnos y por lo tanto dejarlo plantado. Sin embargo si el tipo es
lindo, nos lanzamos en plancha para que nadie nos lo vaya a quitar. Luego de
las presentaciones y preguntas de rutina, el resto de la cita transcurrirá con
cierto matiz de timidez, nervios y cierta incomodidad, hasta que logren tener
la confianza necesaria para que la cosa fluya con naturalidad y pueda pasar
algo más.
Para este último caso en
particular, si existe la suficiente química entre los dos, puede que llegue el
primer beso, pero les doy un consejo: Que la cosa no pase de besos, eso
de acostarse con el tipo en la primera cita no me cuadra mucho por eso el tema
aún está en discusión (ya lo trataremos en otro post).
Ya para terminar siga estos
consejos:
1. Antes de aceptar ir a una
cita de este tipo, asegúrese que el tipo es “decente” no sea que le salga uno
de esos locos, enfermos y a la final la cosa termine peor de lo que esperaba.
2. Si ya usted considera que el tipo cumple el
primer requisito, cuéntele a alguien lo que va a hacer, con quien y a donde
piensan ir, de modo que si le pasa algo, al menos tendrán una pista de lo que
estaba haciendo.
3. Mantenga su celular prendido, con saldo para llamadas y con
un plan de datos que funcione por si acaso, esto le servirá para pedir ayuda
por si la cosa se complica, para reportar novedades o para pedir esa llamada de
salvación cuando solo se quiere alejar del tipo.
4. Vístase para deslumbrar pero no se vaya a
los extremos, estoy segura que el tipo no querrá una Lady Gaga sentada a su
lado y mucho menos a una monja de convento.
5. Revise su aliento, su peinado, su ropa y su
maquillaje de vez en cuando, no sea que tenga un moco colgando en la nariz y no se dé cuenta sino
hasta que llegue a su casa.
6. Sea coqueta de una manera muy prudente, que no
se note lo necesitada que esta, pero tampoco sea una mojigata. Y por último
7. Deje que la conversación la
hagan los dos, no se adueñe de la cita, déjelo hablar a él y por lo que más
quiera no mencione nada, absolutamente nada de sus Ex.
Cat…
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